Alfileres


Se de la noche que nos cuece siempre entre sus ritos. Que nos azula y nos derrite como una gema de lapislázuli. Se de la noche que te llenará de estrellas, y que quizás te las obsequie, o también puede que se las cobre con una briza desgraciada.

Pero también se (y es tan solo cuestión de tiempo, ya vas a ver) que al abrir un nuevo día, al llegar la claridad, brotarán rubios de tu cuerpo diecisiete cascabeles tiernos y unos bulbos de muscari que no vas a poder creer. Y serás tan diurna y fresca que estallarás de sonreír. Puedo verlo, te lo juro, cruzará este mismo sol en un prisma tu ventana, y será tu espalda curva todo el verde en la montaña; y serás la savia espesa que se escapa de las ramas; o las gotas de la lluvia sobre tensas telarañas.

Lo supe el veinticuatro de marzo en que te vi cruzar la tarde transparente; estabas tan cándida, amarilla, terrenal, soberbia, que te sentí una pócima de tigres y palmeras corriéndote en la sangre; entonces eras la pequeña cría hembra en su manda trinitaria. Después pasaron muchos años, y otra vez lo supe ayer, al verte nuevamente. Y estabas tan fémina, felina, femenina, forestal y floresta que colgabas de una tela como el musgo de las lianas; yo te vi desnuda en trapos, cueros y metales; y era tu presencia tan selvática, tan leónida, tan amazónica, que no pude no escribir.

Al salir oí estas líneas rezadas a graffiti en el callejón de atrás; o tatuadas en los cuerpos del abasto; o en los tantos sortilegios de las brujas; o quizás en mi memoria, al dorso de un comodín: “Tres consejos trae el viento: No alfileres, la nieve puede ser lujuria. No aceleres, ya deberías saber que el tiempo son los padres. Y no desesperes, que el mundo es una máquina gigante, y un embudo, y el amor salvarte.”

Quemaré las naves

Mañana quemaré las naves, bajo un flujo irremediable de humo blanco. Entonces dormiré tranquilo, como duerme el hombre en la mujer.

Veré el fuego tembloroso y su reflejo en pleamar; veré la luna hecha columna como un trazo impresionista, como un hilo sobre el agua, apuntando siempre aquí.
Te volverás ajena, me volverás la espalda, y tan solo archivarás recuerdos en alguna dirección. Poco a poco morirá mi fauna, y la tierra en las macetas se hará grieta de aridez. Ya no perteneceré, ya no me quieras más.


Entonces yo perdonaré (sabrás), y me perdonarás (quizás) y tenderemos juntos un manto de piedad. Y recordaré lo bueno, pero también la muerte; y conciliaré rencores y con suerte olvidaré olvidar. Mañana empacaré mi vida (y algunos días de sol) con rótulos de escuela en cajas de cartón. No dañaré mi cuerpo, no cargaré de más; tan solo aquello leve, lo que desee llevar.

Mañana quemaré las naves, bajo un flujo irremediable de humo blanco: Entonces dormiré tranquilo, como duerme un animal.




Zamba de la coma

Yo quiero ser la coma, ese silencio que queda,
el breve espacio que espera en la zamba que entrega
tu voz al cantar.

Tu voz jugando en el río de San Antonio hacia el puente.
Trae voces esta corriente, murmullo de gentes
hablándole a dios.

Hay aguas de despedida, agüitas del corazón.
Se irá aprendiendo la vida, se irá.

Yo quiero ser la risa de nuestras tardes de flores
despilfarrando colores, jugando al intento
con una canción.

Una canción que te lleve camino arriba a la cumbre
Que te encomiende a una lumbre, te vuelva a la tierra y nos brinde tu luz.

Hay aguas de despedida, agüitas del corazón.
Se irá aprendiendo la vida, se irá.

---
A mi amigo Juan.

El sol en la ciudad

Allí está el afuera enmarcado en la ventana. Suárez lo sospecha antes de abrir el black out. Sabe de antemano los colores pues el día es evidente, nubes más, nubes menos. Sigue inmutable aquel eclipse de edificios, un crepúsculo constante que le pinta el living día a día. Por suerte aún es diáfana la tarde así que aborda la cocina. Advierte en el camino un almanaque de pared que indica medio febrero; dos feriados y un cuarto menguante. «Las noches se han comido la luna a mordiscones» Piensa Suárez mientras unta una tostada.

El tiempo que demora en hervir la leche es fundamental para acercarse a la ventana y ver la gestación, el evidente inicio, el alba despreciable, la insignificante mañana. Para Suárez, en cambio, estas cosas son indispensables.
Hay un calorcito suave, puede sentirlo hasta en los pies. La mañana cocina un hervidero de bocinas, un sabor a caldo de pavimento. Hay motores, construcciones, barullo y una neumática estridencia. Hay también un martilleo constante. «Tengo que saltar de este mundillo en el que estoy metido» piensa Suárez.

Sucede que si bien el es, lo hace en función del entorno, y eso lo tiene aquejado. Está cansado de que su hacer se valore en la cotización de su círculo social. Quiere ser cotizado como pudiera en otros ámbitos: Como quien luce su tonada en tierras foráneas; o quién se regocija de encontrar peores; o como aquello del tuerto y los ciegos.
Usualmente le haría bien empezar el día poniendo un disco, aunque no vaya a escuchar mas de dos canciones, pero ya no lo hizo, y como la música lo previene pero no lo cura, ahora le parece inútil. «Pero ¡la puta madre!» masculla Suárez mientras manotea un trapo para secar la leche rebalsada.

Sobre Candiotti III empezó a salir el sol, pero a las siete y veinticuatro va a ocultarse nuevamente detrás de la torre seis del complejo Viña del quebrál. A las diez y media (más o menos) se vuelve a ver en el hueco que deja el cementerio; y ya después de mediodía se esconde hasta mañana en las torres de la avenida.
Suena otra vez el despertador.

El deseo



La sangre me circula sucia, como si trajera tierra.
La tierra me tira del cuerpo más que de costumbre.
La costumbre me aterra por ser la ruina de la aventura.
La aventura está esperándome a la vuelta de la voluntad.
La voluntad flaquea y merma frente al deseo repentino.
El deseo despierta solo detrás de los pensamientos.
Los pensamientos autónomos, aleatorios y posesivos.
Las posesiones desparramadas de toda la vida.
La vida entera en una mochila.
La mochila sobre la espalda.
La espalda sobre tu cama.

ENCONTRARSE PERDIDO



No lo vayan a tomar a mal, necesitaba irme un rato, salir a navegar en la bicicleta como para sentirle el olor verde a la tardecita, para ver ese diurno fluido solar que se proyecta entre las grietas de las casas rotas, esa luz que chorrea de las rendijas, que sortea los burletes y que invade los ranchos de la zona.
¿Vieron las ventanas abiertas que invitan la luz a pasar? ¡Qué cálidas anfitrionas de la claridad! ¿Y las dóciles puertas de tela? ¡Y cómo torean al viento! 
La siesta es tirana. Sobre todo en verano, y más aún en las chozas de los barrios de afuera, allá por detrás de la ruta, injustamente lejos de los bulevares.
Quería perderme y pedalear desorientado. Liberarme de ese crónico y molesto sentido de la ubicación que tanto daño nos hace. Sentirle el sabor al miedo de meterse en lugares ajenos, en zonas desconocidas y en lapsos inciertos de tiempo que no podemos controlar. Quería deambular por los barrios bajos, por reflexiones infértiles, por túneles de excusas. Quería sentirme amortiguado en esas lomadas que nos pone el bienestar para que no excedamos la velocidad. Quería sentirme como antes: Parte del tolderío.
Hacía años que no me… Encontraba perdido, extraviado, desorientado, ni tan liberado. ¡Qué pesado es orientarse! Que maciza sensación; que imperceptible mochila es la ubicación que cuelga de los hombros. Así son las incómodas comodidades del hombre moderno, pesadas como el orden, siendo la vida en realidad tan leve. 

Allí está erguido en su pedestal el insufrible ¿Por qué? -Bueno, Porque sí. Porque quería perderme; porque no lo hacía desde niño; porque necesitaba recordar la sensación del extravío; porque sentí que ya no sentía los sentidos.

Porque sentí que no sentía la inmunidad de entre sus brazos; ni el piso frío contra el pecho; ni el raspón en las rodillas; ni el consuelo de seda en el roce de su palma; ni las lágrimas lubricando el crónico roce de la cara contra la vida.
Sentí que no sentía los sabores: las horribles berenjenas, la dulzura de un bolón, el jarabe para la tos y la leche con chocolate. Sentí que me olvidaba del almíbar, de medio durazno amarillo como el sol adentro de una taza, del marrón dulce de leche, tan marrón como la tierra (tan dulce él como amarga ella) del agridulce crujir de las aspirinetas; del sabor de los dedos de los pies y de los guisos de lentejas. 
Sentí que ya no olía ni a jazmines ni a espirales, ni a que viene lluvia; ni a las noches de verano; ni a la mierda del arrollo; ni a perro mojado. Sentí que no veía tan celeste guardapolvo a la mañana, ni marrones los martes y los jueves, ni amarillos los domingos. Sentí que no sentía aquel beso de frutillas que me diste en el living clausurado de una fiesta, ni el trayecto caminado desde el patio y la pileta hasta la pieza de tus viejos. 
Sentí que no sonaban esos discos de estar bien los feriados a la mañana, ni los pájaros del árbol, ni los pasos en el techo. Sentí que no sonaban los cassettes  del Gacel; ni el cucú de la paloma internada por fractura entre cañaverales de alambre; ni las viejas de la esquina; ni vinilos de flamenco; ni los gritos de la paliza de la mujer del vecino. Sentí que no sonaba mas el timbre del recreo, ni el de casa, ni el de mi voz, ni el silencio de la noche, ni tus látigos de verbo tan sádicos de miedo.

Sentí que no sentía y encontré la bicicleta.

La carta

En estas escaleras solo se puede bajar.
Condenados al descenso, dirección obligatoria, transitamos un camino irremediable, cercado a ambos lados por la resignación. Bajar es infinito, y aunque el suelo nunca se presente, el descenso si termina, un buen día se detiene.

En este irremediable camino -hijo- solo hay una decisión que podamos tomar. Se trata de elegir la forma, la manera en la que vamos a bajar: 
Se puede caer a los golpes; tirar manotazos desesperados; intentar agarrarse de cualquier cosa; gritar como un desalmado. Estas son caídas poco elegantes, coincidirás.
Se puede bajar lentamente; peldaño a peldaño; pisar un escalón a la vez y aferrarse fuerte a la baranda. Esta bajada es cómoda pero insulsa y desabrida.
Una tercera forma de afrontar este descenso -hijo querido- es: Jugando a volar.

No faltará quién nos quiera convencer de que, en realidad, estamos quietos y es el resto de las cosas lo que sube. Aunque eso no sea cierto, es una bonita manera de comprender que lo estático es efímero y que todo al fin se va.

No hay que aferrarse a nada muchacho. Nunca.
Hijo. Vivir es el presente, el pasado es capital y no hay nada en el futuro de lo que te pueda hablar. Reventar contra el asfalto no será suficiente, seguirán jalando mi cadáver las sogas del descenso, incluso bajo tierra. Es por eso que te pido -fiel descendencia- que ahorres más caídas y mandes a cremar los despojos de este enchastre.

Parca

Me asomo al balcón y doy con la sorpresa: Por la ventana, en el edificio de en frente, se puede ver a la mismísima Parca entrando en el departamento de un pobre viejo.

Apago todas las luces y contemplo la situación, el tipo duerme ingenuo. La miro y se le acerca, penetra en la habitación, le acerca la guadaña, lo acaricia, lo huele, lo disfruta. Lo identifica.

La pregunta me atormenta: ¿Qué debo hacer? O mejor: ¿Qué puedo hacer? Por esta decisión seré juzgado y no será un tribunal terrenal quién lo haga, tampoco uno legal, mucho menos uno estatal, será en cambio un jurado celestial quién castigue mi accionar, tal vez sea el dedo inquisidor del mismísimo todopoderoso.

Mis posibilidades son pocas. Si alerto por teléfono al vecino me acusarán de Conspirar contra el orden natural de la vida, o de la muerte, o de vaya a saber cuanta cháchara más. Si arremeto a gritos y despierto a todos van a tomarme por loco, además nadie creería mi relato. Debería ser más cuidadoso, no puedo armar un escándalo, la oscura dama volvería a por mí, ciega de venganza para ajusticiarme por lo hecho, definitivamente no me conviene. ¿Y si no hago nada? doy rienda suelta al destino, me hago el que no vi nada, total ¿Qué importa? el viejo ya estaba viejo, quizá le llegó la hora… ¡No! ¡De ninguna manera! El absoluto todo lo sabe, podría ser condenado por Abandono de persona o cualquiera sea su relativo celestial, me acusarán de negligencia, de Complicidad con la muerte, y claro, uno no anda caminando así como así por el paraíso con semejante expediente.

¿Por qué? ¿Porqué cae sobre mí este irresoluble debate. ¿Por qué tenía que verlo? ¿Porqué a mí? ¿Porqué yo?

...Y en un momento algo cambió. La calavera no se mueve, ya no está, la muerte ha desaparecido. Mi desentendido vecino continúa en sueños, puedo verle respirar. Un doloroso escalofrío, la gélida mano en mi hombro confirma el error postal.

Zapatillas.

Para la Gacela que lo pidió...

Están en el suelo tus pies y los míos. Los cuatro vestidos de zapatillas.
Las zapatillas se tocan, y ocurre lo inexplicable.
Yo sé del roce y vos también. Tal vez ni lo notaste, pero sería raro.
De una u otra forma estás quieta, te mantenés, no lo evitás.
De una u otra forma pertenecés, sos parte de ese vínculo subliminal.
Ahí están tus zapatillas y las mías. Unas al lado de las otras.
Se besan y se acarician con torpeza, con la vulgaridad, con mugre.
¡Me moví! Nada voluntario, un reflejo, un miedo. No fue un rechazo, te lo juro.
Por supuesto, te corriste. Tal vez no, tal vez solo te moviste, simplemente te picaba el talón.

Siempre fuí de los que les gusta imaginar, volar e inverosimilizar, así que prefiero creer que te asustaste.Las tuyas rojas, yo marrones. No combinan

El vino / el bache incómodo / la noche por venir / la prohibición absoluta / el deseo irreversible / los códigos / la amistad / el deseo otra vez.

Lo maravilloso de los vínculos subliminales es que nunca sabes si el otro los percibe. Tal vez sea solo imaginación propia, insignificante, pero también puede ser un hervidero de pasión, el momento más significante de nuestras vidas.
La última canción y las zapatillas se van. Ellas no sufren, siempre tienen a la otra. El que sufre es uno, el boludo de los pies.
Para los vínculos subliminales hace falta imaginación, y ganas de abstraerse.
Otra vez la conciencia, la prohibición, la realidad, aquél otro, el impulso contra la vieja y predecible natura… Otra vez no me animé.

¿Quién vence?
Las zapatillas vencen.

La vida es un fenómeno analógico

La vida es un fenómeno analógico: Matar no es virtual, coger no es digital, amar no es informático y cagarse en el otro no es láser.
El ser humano -un animal incapaz de crear- se contenta con en el poder de combinar. Así es que los autos son semejantes a los rostros humanos, los grandes monstruos de las diferentes mitologías están hechos de partes de animales previamente existentes y los colores son mezclas de otros colores. ¿Es posible pensar en un color que no exista? ¿Crearlo sin mezclar? ¿Es posible inventar un animal que no posea características de otros ya existentes?

Se sabe que crear materia o energía es físicamente imposible. Ambas se transforman y se transfieren. Supongo que “crear” es humanamente imposible. No es casual que el mayor reconocimiento que el hombre brinda a sus deidades tiene que ver con “La creación”. En mi opinión, se trata más bien de creer, de combinar, de hacer a imagen y semejanza o de joderse nomas.

La computadora en la que escribo no es ajena a esta situación. Tiene su software que vendría a ser reflejo de su alma o su cerebro -o ambas cosas- . Tiene un hardware que sería algo así como el cuerpo. Al igual que yo, es susceptible de contraer un virus, y hasta podría morir en consecuencia. Tiene un ojo llamado Webcam y un par de brazos desparejos que son mouse y teclado. Ni hablar de los speakers...
Para llevar y traer información utilizo un aparatito un tanto fálico llamado Pen-drive. La traduccion más fiel podría ser "Pene conductor". El Pen-drive puede llevar y traer archivos, pero también algunos virus, estos son muy similares a las enfermedades venéreas, así que hay que fijarse muy bien donde mete uno el Pen-drive, todavía no existen profilácticos para tal cosa.

Existen también algunos ordenadores capaces de defecar. Lo hacen a travez de un aparato externo llamado impresora. Es un fenómeno tanto más pulcro que su relativo humano pero, sin dudas, mancha más.

En conclusión parece que no podemos crear algo completamente nuevo. Lo que sí podemos -y de qué manera- es reunir las características más desagradables del ser humano y hacer una computadora.

Cañada Blues

Hoy la ciudad se me muere en los brazos
No me tirar a errar tus balazos
Y el diablo llora en peatonal

Mañana quiere ser lunes otra vez
El otoño te queda muy bien
Y tu arrollo me moja los pies.

Hoy que te ajusta la noche cañada
No me asusta dormir en tu cama
Ni cantarte después tu canción.

Hoy que el presente se puso de moda
Que el futuro se acaba en la coda
Y el pasado pinta peor.

Ya no te queda ni un ídolo muerto
El más cruel se queda boquiabierto
Cuando te recorre mi amor.

Yo recorrí malecón y la rambla
Caminar sus veredas te ablanda
Al contrario vos sos cara o cruz.

Mañana voy a sentarme en tus piedras
Despedirme, mandarte a la mierda
Y ahogarme en tus aguas de pus,
Cañada Blues.

Sexo, boliche, puñal, merca y cruz
Gente que tira su alma por Cañada Blues

Lacandona


Va la Madrugada por el cielo de Oventic
En la piel queda el aroma del mercado de ocosingo.
Luz de caracoles que iluminan la vigilia
Duerme Lacandona hasta el sol de otro domingo.
La fogata de Morelia que desvela la asamblea
Y el arroz con los frijoles y el café de la insurgencia.
Murales de Zapata que cobijan el Tzeltal
Y el sudor pasamontañas de los dueños de la selva.
Canta Lacandona, Canta la canción Americana.

Desde abajo y a la izquierda viene el aquél Subcomandante
Con la sangre de la tierra y la más noche del invierno.
Repitiendo a quien no ha oído, que no invadan el ejido
Que del grito de la milpa, el buen gobierno se ha erguido.
En la selva el pueblo manda y un gobierno lo obedece
El café levanta al hombre que de hambre se adormece.
Cae la noche y hace frió en el cuarto caracol
Pero el ojo siempre abierto de la lucha es un farol.

A.D.

¡Hijos de puta! ¡Despierten!
El arte es grande y la vida es breve.
Apaguen el televisor y salgan a la calle a vivir,
a vivir que nos estamos muriendo...

Alejandro Dolina.

Como qué?

Como atractivo carnal.
Como tornado criminal.
Como el ello bien vivo.
Como delito excesivo.
Como tierra sangrando.
Como chicos gritando.
Como fuego en el árbol.
Como hediondo letargo.
Como guerra y rencor.
Como mierda y sudor.
Como braza en el pecho.
Como muerto en su lecho.
Como leche en hervor.
Como crimen de amor.
Como ira de mujer.
Como la vida por hacer.
Como viento arrasador.
Como tango y alcohol.
Como gas lacrimógeno.
Como flujo de estrógeno
Como un ciego destello.
Como tajo en cuello.
Como religión suicida.
Como tu amor raticida.
Como encanto ilegal.
Como rock demencial.
Como furia de un pueblo.
Como la cara en un velo.
Como muerto de muerte.
Como nunca mas verte.
Como sueño frustrado.
Como un viejo cansado.
Como imparable alud.
Como comercio de salud.
Como sexo repugnante.
Como querer olvidarte.
Como inundación nocturna.
Como quema de urnas.
Como fieras en lucha.

Como vida, pasa.
Como muerte, arrasa.

Barcos de Cama

El cielo es de techo, cemento y pintura.
El mar está hecho de ropa y condones.
Los peces de almohadas, las sábanas duras.
Baldosas heladas, sentimientos nones.

El barco naufraga desde que zarpó
La sien en la bala mató al capitán.
Palabra del alma mi boca tapó.
Silencios horribles te responderán.

Ella llorando de popa saltó.
Yo condenado a la proa salté.
Camas de barcos naufragan de amor.
Plena alta mar y corriendo se fue.

La nada no tiene mucha explicación.
Impulsos pensados pierden sabor.
Retiro lo hecho y te pido perdón.
Tu error cometido es mi culpa mi amor.

Oiga!

Vea, sangre y vuelva a ver.
Déjese en paz.
Fume y escriba.
Hay algo mas que vivir que lo que vivimos.
Te lo juro por la virome y la viola.

MR

Más Rápido...
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Más Rápido...
Más Rápido...
Más Rápido...
Más Rápido...

No chingues wey!

La sabiduría es algo raro. Que es la sabiduría?
Supongo que, y contradiciendo a los académicos, es haber andado mucho.
Hoy me siento en condiciones. Hoy me siento mas sabio. Hoy me siento mas libre y mas sensible.
Creo que ya escribí esto en este mismo blog, pero cuando podemos comprender que todo lo que nos pasa y nos rodea esta cercado en una desgraciada pequeñez, podemos despojarnos de lo absurdo, podemos empezar a vivir, podemos empezar a creer en lo grande.
Hace poco leí un libro en el que se dice que para poder simplemente hay que querer. No es cierto, pero tiene algo de cierto. Lo primero que hace falta para poder es querer. Luego vienen otros obstáculos, pero si realmente se quiere, se esta mucho más cerca de poder de lo que uno cree.

Me he criado en un mundo donde me han llenado la cabeza con necesidades ajenas. Siempre he tratado de combatirlas, pero nunca me puse a pensar en que es lo que realmente quiero. Quiero un celular, una maquintosh, un amplificador, una novia, un perro, un gato, una inodoro que hable y que esté bien lleno de mierda.
No, no quiero nada de eso. Quiero aprender, quiero vivir, quiero volar y caerme, y hacerme mierda y seguir siendo tan pero tan cursi como en estos dos últimos renglones.
El mundo esta lleno de maravillas y de enseñanzas, pero somos tercos, necios y ciegos. Al menos yo lo soy, no es mi intención andar criticando de gratis.

Escuchar es tan simple como callar. Aprender a escuchar y luego aprender que escuchar. Aprender a cerrar el ocico en el momento oportuno.
Tan difícil es la pasividad? Tan complicado es no hacer nada. Para escuchar no hay que hacer nada y uno se desvive haciendo cosas.

Me siento vivo. Me siento un poco mas sabio. Me siento mundano, me siento bien. Me siento más y me conozco más. El letargo de la cotidianeidad está en frente, el cambio está a la vuelta de la esquina, a la vuelta de la cara, en la oreja, en el fondo del pecho, en la cara de mi mismo.

Mañana salgo para Chiapas, me espera un mundo a cien km.
Hay que dejar de vivir como vivimos, yo debo dejar de vivir como vivo. y para homenajear este momento voy a ver si encuentro un texto que siempre me gustó mucho.

...No, no lo encontré.

Fé de Erratas.

¿Querías unas letras?
Te las doy a todas.
Tal vez no sean las mismas, esas que soñaste de pequeña nena.
Son las que tengo, las que puedo. Las que se escriben solas cuando te pienso.

Nada podría describir esta noche.
No soy el único que intenta narrarla. Silvio Rodríguez, el viento, el cigarrillo, y esta inmensa ciudad de cartón, que no resiste una puta tormenta.
Mi pueblo no se me venía abajo todos los días.
Esta extraña urbe se me cae a pedazos.

¿Que decirte? Si siempre digo todo en forma de nada.
La retórica me arrebata los mensajes, las ideas, y se los queda.
La prosa me arrebata los sentimientos, pero se los peleo un poco más.
Lo mejor sería empezar por pedir disculpas.
Siempre es bueno hacerlo: “Disculpe, ¿tiene cambio de cien?” “Perdone, ¿se encuentra la dueña de casa?”…
Todos tenemos algún superpoder. El mío es equivocarme. Después ver el error… Después arrepentirme.
Hago mal los cálculos, toco lo que debo acariciar y viceversa. Veo verde lo que siempre fue azul. Hablo de tus manos sin saber de ellas. Hablo de tu escote antes de pasearlo.
¿Que queda de mí, si confundo tus colores?
Queda la maravilla de encontrar alguien que guste de mis errores.

De lo incomprensible a lo inconfundible hay un solo paso.
Un paso mide un metro.
Ese metro nos fue insuperable un día.
Mesa de por medio, la lejanía era impredecible.
¿Cómo no decírtelo hoy? Hoy que, a cuatro barrios de distancia, estamos a escasos centímetros…
Debo admitirlo, me fascino y siento orugas en el pecho.
Si, orugas. Las mariposas son efímeras, viven pocos días, presumen de su hermosura, alardean y se mueren. Las orugas son tranquilas, templadas, planifican, proyectan, sueñan con volar, esperan, aprenden y un día salen y vuelan.

Volví tarde, cansado y borracho. Una mujer me había flechado tanto o más que el sol de ayer. La guitarra estaría desafinada, así que decidí escribir, decidí prejuiciar, decidí tocar lo que debí acariciar.
Después vi el error, después lo corregí, este es el arrepentimiento.

La realidad no es algo tan simple, no se puede pasarla por una virome y mancharla en un papel. Supongo que por eso la vida no es poesía.
Con la lluvia pasa lo mismo, no se puede escribir. Tampoco el vientito que la precede. Solo puedo narrarla así nomás, a grosso modo y esperar que evoques alguna tormenta similar. Intuir que te transmite las mismas sensaciones que a mí.
¿Recordás alguna noche de verano en que, de repente, el viento enfría todo y los árboles empiezan a hacer ruido? En la calle los diarios se vuelan, las luces se apagan y uno queda solo, con una vela.
Uno tan solo como es.
Solo.

Te pienso tanto que no te dejo dormir.
Me pienso tanto que no me dejo vivir.

La lluvia espera que termine de escribirte.
Se reprime para vos, para mí.
Yo le digo que se deje de joder y que largue de una vez.
Siempre me gustó eso de desafiar lo indesafiable.
¿Que tan grande puede ser el cielo?
Llové carajo! acá estoy, yo solo, a ver si podés con migo!
(Puede con migo, pero me perdona, porque nos conocemos bien.)

¿Querías unas letras?
Te las doy a todas.
Las letras son como las personas, como nosotros dos. No sirven si están solas. Hay que agruparlas, armarlas, significarlas, unirlas, hacer que se quieran, que se odien, que se amen en una frase.
Ahora queda en nosotros armar las palabras, hacerlas frases….

Empezó a llover.

A.D.

Freud y los escarabajos.

Coca, sabora, Pelo-Pincho.
Son esas marcas que se encarnan en el producto. Son tán asquerosamente monopólicas que le dan nombre al producto.
Para el que no lo recuerde:
Una coca es una bebida cola.
Sabora es Mostaza
Y una pelopincho es una pileta de mierda que compran los que no tienen patio grande ni ganas de meterse en asuntos de construcción.

Al caso.

Hoy lmpiaba mi pileta de mierda que compran los que no tie.... etc etc etc. (Supongo que decirle pelopincho es mas fácil) y encontré un insecto.
Se estaba ahogando. Era negro y feo como la mierda. Entonces yo (en calsoncillos y con una manguera en la mano) pensaba:
No es feo. Sucede que hay una concepción de mundo, una óptica, que dice que los bichos son feos y las flores lindas. Él no es feo en sí. Los humanos dicen que es feo. El no es nada, ni feo ni lindo, es insecto.
Después caí en la cuenta de que se estaba muriendo. Posiblemente me miraba y decía: "Gringo estúpido, dejá de filosofar boludeces y hacé algo rápido".
Me acordé de mi viejo puteándomé (1) por matar una libélula cuando tenía 6 años.
Después me acordé de esas publicidades de greenpeace de "Salve a las ballenas".
...Y como dificilmente pueda pretender encontrar una ballena en la pelopincho, me conformé con la posibilidad de salvarle la vida al bichito.
A todo esto, seguía vivo.
La manguera hacía las veces de limpia fondo(2).
Podría haberlo sacado con la mano, pero tenía la manguera y algún institnto morboso me dijo: Succionalo con la manguera.
Se hizo un pequeño remolino y el bicho salió transportado por ese tubo de dimensiones interminables. (Visión de insecto diría la Agus. )

Mientras el escarabajito se trasladaba, yo pensaba: Mierda, soy un enfermo, ?porque hice eso?.
Imaginé el trauma que podría causarle. Jamás se olvidaría de esa experiencia. Tal vez hasta habría preferido morir, antes que sufrir ese viaje horroroso. Me imaginé a mí siendo succionado por un tubo de (bancá que saco la cuenta de proporcionalidad.... esteeeeeemmmmm) al rededor de un kilómetro.

---------

Ahí me detuve. Estaba quieto, al sol, con una manguera en la mano y pensando en las posibles implicancias psicológicas que podrían causarle a un escarabajo el hecho de haberle salvado la vida.

Tengo que conseguir un trabajo. Urgente.

AD.

(1)Si decís "Puteándomé" en cordobez, indefectíblemente lleva dos acentos.
(2)Viste cuando chupás de un lado y empieza a hacer como una aspiradora? bueno, algo así.

Sur

Un pájaro de miel
Bañado en piedra otra vez
Que no quiere que le hagan recordar, Los ojos del gran temporal.
Nido de aturdidos
Su canto no soportará
Si tolera que salga otra luna
Y si entiende que en cada charco hay una
Tal vez vivirá
Que cancion de cuna habrán cantado
tres madres y una calle
Colegas del intento
Golpes, viajes, de ahi se aprende mas.

Salta ya del nido O lo asalta desprevenido
No sabe bien volar
Y la piedra se parte en la tierra
y la piel y la miel
Siembran un nogal

Y tal vez... en algun momento
curare otra parte de esa puta cicatriz
que va pasando el tiempo y me canciona
Pasa como el cielo como el viento, como el tiempo,
como siento que saldré una y otra vez
a matar el tiempo que me debe mil favores
a pasear las calles que me deben dos o tres amores
A vivir la vida como quiero
que me gusta que me cague a sensaciones.
A vivir de más
A dejar un poco a tras, andar descalzo por el fuego
A vivir la vida como quiero que me gusta
que me escriba mil canciones....

A-DRUPI-D

Ni Cinco de bola (para la gringa de Guemes)

No me trates como trata la ciudad
Este camino recorrido tiene hoy mucho mas filo
del que ayer sentí cortandole las venas al destino
Un chispero cuatro chinos y un papel de para armar
Un cigarrillo que me deje coquetear la libertad
y es el carmín que ruborea el filtro verde del armado
en tu boquita de azafranes conquistada de temores
y un poquito de canciones que te ablanden corazón.

Y Sin escuela del gotan te escribo liso el cuatro en cuá
Te pido porfavor, mirame, mirame estoy acá
Si te dijera que me escapo con tu imagen en mi mente
y te traiciono varias veces para verte llorar y sonreír
Gringa de azulejos
Aunque guemes no convina
con tu espejo de cristales
Y tus manos poco ajadas
queda bien...
Mates bien amargos
contra ojos verde pardo
Puede ser mi saco viejo
no convine con tu escote
y quede bien

Casi me adormezco cuando escucho tu taquito pisoteando
las valdosas, el asfalto y mi bondad...
Y a tus ojos los chifé y vinieron corriendo despacio
entre los pastos que dejamos de regar con tu llantito
Y me pongo esa camisa amarretera con tu olor
que la lavo veinte veces y no deja que se valla
Tu perfume de tres cifras importado del deseo
prende fuego mi cabeza, y tu silencio no me deja
pensarte acurrucada entre mis sabanas de super
no serán de seda inglesa pero tienen la nobleza del gotán.

Rubia de pop singers
Esta voz entabacada
no te canta como el hada
de tus sueños
y queda bien....
Nunca arriesgaría hacer mas nada con tu boca
que mirarla bien de lejos
componerle dos tres notas
Y queda bien
aprender tener cuidado
queda bien
conocer las de tu palo
queda bien
no tirarse como un nabo
queda bien....

A-DRUPI-D

Cancion de Palomas

Cien veces nací de la verbena de tus ojos,
Tu abanico entrearrugado y las historias del Musel
Jugo rojo asturia se derrama en la centuria
de unos barcos que no llegan a destino etcepto por
Tu boca.
Quién te dió las alas? palomita de la europa
Quién cerro tu infancia oscuraquién te enseña a dar amor.
Hurgo entre mi sangre las cenizas de tu padre
Canto rojo y persistente que en mi historia derramó
Paloma!

Quien va a contar
El final de las historias, si este libro muere acá.
Quién va a pintarEse lienzo blanco impune, si no sabe la verdad.

Tu canción de cuna me abre heridas que se curan
cuando todo se relaja al viento seco de tu voz
Gaje de tu escuela de caminos, fue criarme
con la sangre que me harde y paso doble al caminar
Paloma!
Toda tu postura, se revuelca en la pintura
de milicias, de banderasde repúblicas vengar.
Gracia centenaria del recuerdo nunca ajeno
de tu pueblo y las raícesde mi cuerpo de agua y cal.
De Piedra!

Voy a contar
La casuela de momentos que me supo preparar.
Voy a pintar
El final de las historias, nada muere, nunca más.

Agustín Druetta.

Siguiendo la luna

Cuando un hombre escribe “Volví temprano de…” va a narrar los sucesos que le evidenciaron la infidelidad de su mujer. Pero cuando escribe “Volvía tarde de…” muy posiblemente vaya a hacer una reflexión. Sea mala o sea buena.
Por mi parte, ese día volvía tarde, cansado y hacía frío. Supongo que así tiene que empezar una buena historia o reflexión, pero a diferencia de esas, en casa no me esperaba nadie.
Un tipo que venía bastante más apurado que yo me pasó por la derecha. Tal vez él si tenía quién lo espere.
Paré en un quiosco. Una de esas hamburguesas de paquete, una Rosamonte chica pero Premium, un atadito de parissienes y un queso rallado.
- Son once con veinticinco joven.
-Sírvase.
De vuelta al auto: la bufanda al piso; la búsqueda de las llaves infinitos bolsillos y la sensación de placer que da no sentir el viento helado en el pelo húmedo. Llave, contacto y arranca. Al mismo tiempo: la radio.
Las canciones te esperan. Están atentas al momento justo para atacar. Son como los leopardos de planeta animal que asechan a esos ciervos gordos que no se como mierda se llaman.
La canción me estaba esperando. Estuvo asechando desde que me fui al quiosco. Esperó que la vieja le comprara caramelos al nieto. Escuchó cuando sonó el pip del portero eléctrico; me vio acercarme hasta el auto; esperó a que meta la llave y me atacó.

Supongo que aquella vez, el mismo tema, hizo algo parecido con ella. Ya se que no se acuerda, pero ese fue la canción que la hizo besarme. …o insinuarme que la bese.
No es su culpa haberse olvidado. Pasaron varios años y ninguno imaginaba nada de lo que iba a ser.
Hoy no debería significarme nada. Ella me odia. O yo la odio. O los dos nos amamos. O alguna de esas cosas. Sin embargo me partió.
Me partió porque la luna se asomaba por Maestro Vidal para mirarme de frente. Me mató porque la iba siguiendo.
Me mató porque, aunque siga a la luna, antes de agarrarla va a ser de día.

Boludeces

La angustia de un domingo a la tarde se va incrementando a medida que se va la luz.
Cuando oscurece ese nudo en el pecho; ese "me sinto mal pero no se porqué" llega a su punto cúlmine y de repente desaparece.
Los domingos se hicieron para estar triste. La gente pudo inventar miles de cosas: llegó a la luna, desafiaron la gravedad, mataron millones de diferentes, e inventaron una bomba atómica, pero no pudo hacer nada para no estar triste los domingos.
Otros fueron más astutos. Una vez, un tipo estaba tan angustiado que decidió dedicar el domingo entero a correr detrás de un pedazo de cuero. Lo curioso fue que otros diez tipos lo siguieron y otros once los enfrentaron.
Los músicos hicieron una cosa que se llama ensayo.
Otros inventaron las películas. El objetivo se cumple pero por poco tiempo. La película te saca de esa realidad durante 90 minutos. Despues volves.
Hoy es sábado. Estoy en el punto cúlmine, pero es sábado. Aveces el día se trastalda. A veces se suman. A veces te sentis asi todos los dias.
bah... boludeces.

Un Recorrido por el dial...


Un recorrido por el dial es como elegir la mesa del bar.
Equis Gómez entra y de una mueca saluda al mozo. No es cortesía, quiere hacerse notar y ser atendido rápidamente, no dispone de demasiado tiempo, es un sujeto corriente y como todos, tiene otras obligaciones. El bar no es su objetivo, es prescindible pero a la vez es más importante de lo que Equis piensa.
Hay varias mesas libres, Gómez elige:

En la mesa 810 está el diario y la ventana está cerca. La información fresca y la posibilidad de comprobar la actualidad de un solo un vistazo. El problema es que el ventilador da justo sobre ella y las masas se enfrían.
La mesa 96.1 esta ahí desde que Equis era niño. Cuando la gente y el paso del tiempo sugieren quitarla, el dueño responde diciendo que es un clásico.
Sobre la mesa 700 un médico olvidó la última publicación de La Luciérnaga. La revista está marcada con un señalador cuyo motivo es una foto de la cañada. Esa mesa conserva la marca del vaso de ferné de la noche anterior.
En la mesa 100.5 dos rubias platino discuten sobre los exámenes de derecho. Una se peina frente a un espejito mientras silba una melodía de Madonna.
En el medio del bar, justo debajo de la lámpara, está la mesa 90.3. Allí se sienta un joven de negocios. Viste de traje, corbata y perfume importado pero no es casual su barba apenas crecida y su pelo despeinado. Si bien posee una gran empresa, quiere parecer rebelde y alternativo. La dama de la mesa 88.9 lo mira deseosa y evidente.
En la mesa 94.3 un grupo de universitarios debaten sobre los problemas nacionales. Hay palabras de humor, comentarios serios y opiniones que trascienden lo convencional.

Hacia fondo del local, en un rincón poco vistoso, está la mesa 92.3. Los elegantes adinerados siempre la evitan, dicen que está sucia y que sus sillas no son seguras.

La mesa 95.5 es vieja, y aunque las modas hayan cambiado, mantiene el diseño noventoso originario del bar. Por las mañanas y tardes hábiles se sienta una mujer arrogante, osada y divertida. Al entrar se lleva por delante al mozo y no pide disculpas ni azúcar. Sin embargo, son evidentes las carcajadas de quién después, comparte la mesa con La negra Vernaci.

En la pared contigua a la mesa 580 hay una foto autografiada por Alejandro Dolina. Es una mesa convencional pero durante muchos años el escritor se sentó en ella. Cuentan que echaba dos cucharadas y media de surrealismo a su cortado.
Hoy en día sus sillas son frecuentadas por un docente que desarrolla su horario de consulta.

La última mesa es la 750. Si bien es la de mejor ubicación, está muy cerca del TV. El ruido y las imágenes distraen a quién se sienta allí. Es de esas mesas que, debajo del vidrio, tiene diferentes granos y semillas. Hace tiempo el guardia de seguridad la rompió y el mozo tuvo que rellenarla con soja.

A.D.

Montevideo de noche.

Viento sur en uruguay. Posiblemente el mismo que les llegará a ustedes en unas horas, o más.
Cruzar fronteras nacionales tiene ese no se que de saber que uno está lejos de casa. Te sentás en la infinitud de una playa y te sentis aisaldo, aisalmiento de lo cotidiano. El mundo es tan grande como injusto.

Desde el avión, córdoba era una pequeñez. Tan chiquita que podías verla (desde villa allende hasta barrio jardin) en unos pocos centímetros. Eso que el A4 demora dos horas, ahora lo veía en un parpadeo.

Ese bloquecito de 2x2cm (Córdoba) se multiplicaba por miles y miles hasta donde la vista se pierde y el aire se hace azul sólido.
Ahí, uno se da cuenta de la inmensidad;
de la ignorancia de vivir solo en un pueblo;
de lo absurdo ser sedentario;
de lo banal de las costumbres;
y de que "culiau" y "La luciernaga" ya no quiere decir nada despues de los 4cm hacia cualquier lado.

Dos centímetros cuadrados. Ahi vivimos, ahi crecemos y morimos. Para transgredirlo, las opciones son cuatro: N S E y O, esa exrtraña costumbre del hombre, de simplificar todo en pocos numeros o letras.

Que horror será el exilio. No me lo deseo, ni a nadie. la cuestion depende de la voluntad, creo. No me gusta hablar de cosas que no viví.
Estar lejos de casa es como estar borracho inconciente por varios dias.
Vover es otra cosa.
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Ademas del viento sur está madre y su casa, su nueva casa. Ver que se iba es una cosa, llegar y encontrarte con que tiene una vida acá es otra.
Es como que... no se.
Visto desde cba, ella estaba de viaje. Visto desde acá, está en otro país, está viviendo en otra sociedad, tiene otra vida, tiene otra casa, conoce un quiosquero que yo no, y i nombre no figura en el resgistro de su videoclub.
Es duro.

Es propio del buen macho argento, que te duela que la vieja se indepndice. Es muy propio...
A los diesiseis años me dejó de dar vergurnza querer a mi vieja. Hoy lo digo: "Madre te quiero, te extraño y me duele una putada el hecho de que no estes en casa" Pero está bien. Se aprende a los golpes.
Sin otro particular, dejo saludos Uruguayos a todos, ojalá esta vez alguien lea, creo que es la primera vez que me importa y lo necesito.
A modo de postdata, les dejo una foto desde el balcon de madre. Sí, esa foto que está arriba.
Chau.

Si me cruzas, contámelo.

Musicalización de lectura recomendada: "greensleeves" - Leonard Cohen.




Lo Bueno de la Ciclotimia son los momentos up. es lo bueno de fluctuar.

Cuando uno a prende a valorar por contraste, se encuentra disfrutando algunas pequeñeces que a otros se les pasan por alto.

Hoy tengo pocas ganas de escribir. Es como le decía el otro día a Guevara: "es al pedo que te diga como ando ya que es la información más efímera que vas a encontrar."

Además me hartó el melodrama.

Además me di cuenta que mientras más escribo, menos compongo. Eso es una cagada.
Una verdadera cagada.

Veamos entonces si un par de fotos hacen las veces de.

Aquí va:

Primero



Caminaba por plaza San Martín. Ese lugar que te hace acordar siempre a algo. A todos la plaza san martín nos hace acordar a algo. Una persona, una noche, un recital, una paloma, un recuerdo de chiquito, un local de ropa... que se yo.

Lo gracioso es que es tan "un clásico" que a medida que pasa el tiempo te va haciendo acordar a cosas más nuevas, o mas viejas. Que se yo... fluctúa.

A vos que te hace acordar? Si me cruzas contámelo, no te olvides.

Tocaba un tipo el saxo. Algun standar de jazz que aprendió quién sabe donde, y luego Perhaps.

Se veía venir el otoño. Dicen, los que ven como se debe ver, que la foto es muy amarilla.



Luego este señor.


Leonard Cohen. Es quién canta la canción que, si me diste bola, estás escuchando. Una especie de sabylan pero del primer mundo.

Sabylan: Sería un J. Sabina + B. Dylan.

Cualquiera que lo viera le daría una moneda. Pero bueno, hay algunos a los que ni si quiera se la darían.


Después el ensayo.

A lo club de la pelea.

Buena foto da para flashear demasiado... (Perdón por la demora, me fui a servir un vinito)

Un tipo toca la puerta al grito de "Traémelo a fanzini que lo voy a hacer cagar!"

Planta, con ese rostro, abre la puerta. Yo al instante me asomo...

Inventen ustedes lo siguiente.

No se. Se me ocurren mil historias para esa imagen. Son caras de "Con los pibes no se jode!", son caras de "Loco, te confundiste... insultaste lo que no tenías que insultar"

Planta muequea: "Fuiste querido..."

Yo muequeo: No puedo creer que osaste de decir/hacer una cosa asi...

El titulo de la foto debería ser: Vieja, estas en el horno.

A que te suena? si me cruzas contamelo.



Despues necesito verme.

Decirme: Mirate cabrón! estas haciendo las cosas mal! o bien...

quien sabe.

Estar al pedo en tu casa y hacerte un book de fotos mirándote y muequeando todo lo que querés decirte esta bueno. Los boludos piensan que es de egocéntrico presumido.
Eso es una apelación y no cagada: mirame, estoy saliendo de tu monitor y poniéndote el dedo en la frente. Que más provocación esperabas?

Te señalo y te digo: Vos cabrón! si, vos: estas haciendo las cosas mál!!!! tal vez, hasta peór que yo...!
Portate bien carajo!

Que te parece que te estoy diciendo?
Si me cruzas contamelo.


Después la locura


J. ---------- . el dealer Un tipo de otro planeta.

La banda no podía estar mas contenta. Hermosura total, euforia explosiva.

"Psicodelia loco, pura psicodelia."

Si esuvieras a dosmil kilometros de tu casa, en una cabaña construída a mano por un hippie que hace 20 años tomó por la fuerza unas tierras en la montaña, con (solo) una mochila llena de nada y tres amigos felices hasta explotar, en medio de un fogon y un viento sur que huele a cariño de madre y aprendizaje de hombre... como te sentirías?

Si me cruzas contámelo.



Despues de eso el arte abrstracto:

Todos los boludos siempre dicen que el arte abstracto debe ser interpretado desde las ideas de quien lo ve, que tiene que "pegarte imagenes", que debe movilizarte sentimientos...

Pura mierda...




El día que saqué esta foto estaba plenamente seguro de que lo que quería transmitir era una pelota, una pared y unos yuyos...

NADA MAS.

A vos te pega alguna otra imagen?

te dice algo de la vida? te habla de filosofía? te hace llorar?

Una mierda de pelota en una pared...

Querés que la haga mierda en dos renglones?

Ahi va: estabamos en villa allende, en la casa de Roberto Sckreiner... a dos metros de mi, el panzón Aguirre en calsoncillos tomandose una birra... Sonaba un disco de cachumba y la pelota (del otro lado) tenía mierda del perro.

Que pasó con la fantasía abstracta experimental?

se fue al carajo.

A vos te pega alguna imagen, más que la que ves?

contámelo si me cruzas.




Despues tenes fotos que sí impactan.

Si tenes dos minutos (si no los tenes jodete) busca la palabra POBREZA en google imagen.

Te impacta?

Buscá HOLOCAUSTO

Andá a you tube y buscá ISLA DE LAS FLORES

Todo muy lejano?

Busca Cromagnon en google.

Contame que te pareció.



Y termino todo esto con un última foto.

Que te parece?

Nos cruzamos.






























Leonard Cohen


El cuento piés para arriba.
La premisa de máscara de caballo: el norte fijo, opaco, imperceptible, descomunalmente inseguro, efímero, negro, tan negro como el caballo.
Pero solo en norte.
Lo cercano inalcanzable, lo cotidiano insoportable, lo desconocido angustia.
Quién supiera? y dentro de un tiempo quién pudiera?.
Sin guarida. Presa fácil que la voráz madre del tiempo descuartizó para que éste cazara sin mayores peligros. O será el eterno inocente padre de la presa quién lo hizo? Quién Supiera...
Todo tiempo pasado fue peór que el pasado del pasado.
Y el futuro del pasado? un aprendizaje que el futuro de él mísmo descuartiza en nuevas premisas.
Pregunta irrespondible, respuesta impreguntable. Respuesta equivocada. Le guste o no, siga participando durante toda la eternidad. Todas las vidas tienen premio: una hermosa muerte.
1er paso: Apalee el síntoma.
2do paso: Olvide el problema.
3er paso: Déjese asesinar por lo que más le apasione.
4to y último: Disuelva dos cucharadas de psicoanálisis en la mezcla.
Por resultado: un delicioso plato que, antes de servir, se le caerá de las manos e inundará la casa entera. -Muera ahogado en la creación.-

Pobre de usted, desperdició su vida buscando el baderín a cuadros blancos y negros. Pobre de aquél que renació de un culo para volver a inroducirse en sí mismo y en otro culo aún mas perverso.
-EXPLÍQUESE!
-SEA LÓGICO!
-LA GENTE NO LO ENTIENDE!
-A LLORAR AL LOQUERO!
Al carajo...
1789 - "Eureca! he inventado la cordura... quién no piense como debe será condenado a la hoguera!"
RAZONE!!!!!!!
Del otro lado del mundo un indú se mea sobre tu maravilloso postulado. una puta lástima, la mecha está prendida, se fue todo a la mierda.
La condena al fracaso.
La desesperación trasparente.
Dejaste de ser Freak hippie?
Madurar no es trascender la boludez, es el árte de no perderla.

-"Che loco, lindo el post pero no entiendo mucho..."
- Todo bién, andá a jugar Pump it up

Córdoba, no tenés desperdicio.


Hacia las 6:30 de esta mañana, como hacía mucho no pasaba, sonó el radio reloj. Creo que era un tema de The Outfields. Extrañamente siempre me despierto uno o dos minutos antes de que suene, nunca más de eso. Desayuno: lactal tostado con queso, vaso de leche reglamentario (por las uñas, para la viola y los huesos) y taza de café (doble filtro y sin azúcar)
A las siete y diecisiete pasa el C siete (curioso, menos mal que no existe el C6). Me subo, y la clásica:
- “Jefe, le puedo pagar?”
- “Pagar que?”
- “y… el bondi maestro.”
- “Como no, son $35.000. Lo quiere con o sin pasajeros?”
- “Déjeme a las damas y llévese el resto...”
Risas, monedas y la gorda Bibiana o Viviana -al caso, nunca supe.-
- Como andas gordi?
-Todo bien, vos?

…el resto predecible.
Un empujón del tumulto nos despidió. Auriculares y a buscar asiento.


Llegué a mi primer día de facultad a las 7:50 y birome en mano. Solo birome.
Como siempre, el turno en el que solo van caras X. Una decena de indeseables solo aptos para el saludo; una gringuita simpática (creo que novia de Tomi); Britney con su homosexual amigo mudo y Victoria y Rebeca (dos damitas adorables).
Hacia las 7:40 el camarada Clavo. Compartimos un Tutti fruti, un cigarro, un café y algunas palabras. Al docente no lo pude escuchar, tenía un Dolby Digital estereofónico de chetas tontas hablando alrededor.
Once y treinta en casa. Almuerzo, siesta, radio reloj, café, cigarro, parada del C2. 14:45 y el colectivo no viene. Mujer bella pasa y me mira, yo la miro. Guitarra en mano a tomar un taxi, diez taxis ocupados. Once cincuenta para uno, ni bien le digo “A plaza Colón maestro” me empieza a interrogar. “Usted que estudia? usted que hace? a donde va con la guitarra? que música toca? Etc.” No sé en que momento comenzó a hablar de Sigmund Freud.
- “Los psicoanalistas son unos boludos”
- “Concuerdo…”
- “Bah… Analizar los sueños… JA! boludez semajente!… No entendemos una mierda de la vida, mirá si vamos a andar analizando los sueños (…) Yo fui una vez a terapia, me mandó mi mujer. Al rato salí y el tipo le dijo a la bruja –“Este señor la tiene re clara”- Y obvio, que iba a decir de mi ese boludo!”
- Mire usted… Cuanto le debo? Etc.

Primer día de colmena, a las 15 clases de Osvaldo Brizuela: Autum Leaves, semicorcheas, arpegios, tríadas y armadura de clave.
“Piano complementario I” empezaba a las 18, emprendí camino hacia la calle Bolívar a la altura de la concha de su madre. Dos horas de ocio: paseo, café, apunte de sociología, Michelle Foulcaut, la sociedad de control, cigarro, irrumpe un liyera:
- “Oiga! Yo tengo muchísima plata”
- “Mire usted… (Silencio), En que lo puedo ayudar?”
- “Nada, porque yo tengo muchísima plata. (Silencio incómodo) Y ahora me voy a dormir.
- “Bueno, dulces sueños”
- “Donde puedo dormir?”
- “Y, no sé. Vaya para la zona de la terminal, ahí hay varios lug…”
- “Que mierda! Yo tengo casa!”
- “Bueno, vaya a su casa entonces…”
- “Sí, pero antes un vinito…”
- “Más Bien!”
A las cansadas se fue. De existir la máquina del tiempo habría jurado que era Fanzini a los 67 años que me venía a invitar un Alberto Fourqué Malbec.


Hacia las 17hs Más personajes solo saludables. Luego Pelado Missana, luego Guevara, luego Emiliano, luego nota de crédito en Julia Saúl. 18hs Colmena (local de Bolívar).
- “No Druetta, las clases de piano empieza en abril recién…”
- “Váyase a la puta madre que lo parió.”


Riiiiiiinnnnggg!!!! –Llamada entrante de Gordo Julián-
- “Gordo!”
-“ Si cabeza, que necesitabas?
- “Te había mensajeado porque esta noche toca la orquesta de cuerdas de la municipalidad, yo capaz que iba, pero ahora no da porque me cancelaron la clase de piano y me quiero volver a casa vieja”
- “Oka, yo voy para la cena”
- “Dale loco, nos vemos.”

Somos como un matrimonio sin sexo (sin sexo entre nosotros.)


18:30hs, veintisiete de abril, “Hey! Demián, como andas…?” C7, Tarjeta Bus, butaca, punk dormido al lado. Los plátanos: El peluquero del video club: "Loco, devolveme la película!"


Sobre las 19:30 ducha. Café, tostada, llamada al Negro Gomez, llamada a Rogelio de Fototécnica por lo de la cámara, cigarro y Semicorchea.


Dura la vida del roquero con Q y erre minúscula.